Ucronía y divergencia histórica en El hombre en el castillo

MARÍA EUGENIA GARCÍA FERNÁNDEZ. Literatura Hispánica. FES Acatlán

La ciencia ficción, dentro de sus diversas ramas, tiene un lugar para el punto catártico de decidir y modificar el futuro. ¿Qué pasaría si se cambia algo? A esto se le llama ucronía y divergencia histórica, un género literario que se desarrolla en la novela histórica alternativa. En este sentido, para el crítico Julián Díez (2006: 5) ucronía es una narración que se desarrolla en un escenario, en donde los acontecimientos históricos divergen con nuestra realidad, en un punto reconocible.

Con esta definición, se puede destacar cómo este género es un terreno fértil para crear interesantes relatos con propósitos muy variados como: el entretenimiento puro para trastocar el tiempo histórico, la crítica social y el debate filosófico. Así, estos propósitos confluyen tanto en la novela de Philip K. Dick El hombre en el castillo, como en la serie de TV del mismo nombre, producida por Amazon Studios. Con base en lo anterior, trataré de desglosar cinco puntos que articulan la ucronía de esta serie de televisión.

Primero: el punto de Jonbar. En literatura, se refiere a un punto de divergencia y de cambio, en especial en el tiempo. Para Julio Enrique Correa (2017: 22), se trata de un momento crucial en el que los personajes actúan en la línea de tiempo de la novela, hacia una bifurcación, de la cual dependerá el resto de su historia. En este caso, los personajes de Philip K. Dick –R. Childan, Sr. Tagomi, Sr. Baynes, Frank Frink y Juliana–, se encuentran en EUA cuando el presidente Franklin D. Roosevelt es derrotado. En consecuencia, los países vencedores, Alemania y Japón, se reparten el territorio. 

Segundo: el espacio y la ubicación geográfica de los acontecimientos en sincronía con el antecedente. Ese antecedente es ucronía y divergencia histórica, pues en El hombre en el castillo la historia se enfoca en la repartición de Estados Unidos. Posteriormente, se informará al lector del mapeo territorial de los vencedores: los japoneses dominando los Estados del Pacífico -Costa Oeste de Estados Unidos-, y los alemanes gobernando la Costa Este y el sur.

Tercero: los adelantos tecnológicos como ambiente futurista. La tecnología marca la ucronía y divergencia histórica. Los nazis son insaciables en sus ideas de dominación de territorios y por lógica su desarrollo en ingeniería espacial se adelantó. Además, les dió poder para ser agresivos y así colonizar los planetas, primero Marte y luego los demás del sistema solar. También colonizan países subdesarrollados, en donde desarrollan construcciones robóticas, rascacielos inmensos, vuelos supersónicos y nuevos plásticos sintéticos. Esto generó el nacimiento de los imperios coloniales, el japonés y el alemán. Finalmente, en sus desarrollos tecnológicos subyacen agudas críticas sociales, ¿será acaso que el real vencedor -Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial-, se convirtió en un voraz conquistador cuyas ambiciones, sin precedentes amenazaron incluso con dominar el espacio exterior? Por tanto, el discurso invita a reflexionar sobre la historia que nos tocó vivir. 

Cuarto: los antecedentes históricos y futuros de los personajes. Estos generan puntos intrigantes para el lector: ¿qué pasó dentro de la lógica interna con figuras históricas? En El hombre en el castillo vemos a altos jerarcas nazis, principalmente a Hitler como vencedor, pero a la vez enfermo que parece destruido y endeble. En esta ucronía y divergencia histórica, podemos apreciar el vértigo y el sinsentido de sus ideales que han llevado al mundo al adelanto, pero también a otro corrompido y lleno de incertidumbre. 

Quinto: el juego temporal. En El hombre en el castillo como en La langosta se ha posado los Aliados son los que realmente ganan la Segunda Guerra Mundial y se menciona el I Ching como un oráculo taoísta para advertirles del futuro, con tabletas y tallos que forman hexagramas. De esta manera, tanto en el I Ching como en La langosta se ha posado tenemos elementos que enlazan los tiempos pasado, presente y futuro. Ellos nos darán pistas para el otro lado del punto de Jonbar, lo cual a nosotros como lectores nos puede confundir. ¿Será la realidad donde habitamos la real?, ¿o será acaso que somos personajes dentro de la trama de algún ingenioso escritor?

Por tanto, Philip K. Dick en su novela como en la serie logran de manera brillante generar estos y otros cuestionamientos. Desde mi punto de vista, el efecto de ucronía y divergencia histórica están bien logrados y provocan en el espectador sensaciones diversas y siempre intensas que cuestionan el tiempo, el espacio y la misma historia. 

Referencias:

  • Altamiranda, D. y B. Salem, D. (2013). Narratología y discursos múltiples. Homenaje a David William Foster. Buenos Aires, Argentina: Dunken
  • Baute, Ch. et al. (2015-2019). The Man in the High Castle [serie de TV]. Estados Unidos: Amazon Prime.
  • Dick, P. K. (2017). El hombre en el castillo. España: Minotauro.
  • Munch, E. (1895). Amor y dolor. Oslo: Museo Munch.

––––––––

También te recomendamos: