Absurdismo y la mejor comedia de todas

EMILIANO RODRÍGUEZ GONZÁLEZ. Profesor de Latín y Griego. Colegio Moderno Tepeyac

Es 1979 y en los cines de Inglaterra se estrenó la que se consideró «la mejor comedia de todos los tiempos»: La Vida de Brian, tachada de blasfema por los fanáticos de la religión cristiana, pero llena de referencias filosóficas, como la búsqueda del significado de la vida, con un humor reacio y con mucho ingenio.

Fueron los miembros del mítico grupo de comediantes británicos Monty Python quienes concibieron esta comedia irreverente y simplemente absurda; esta última es una palabra que caracteriza la comedia de los Python: absurdo.

¿Qué es lo absurdo? Google nos dice «que es contrario a la lógica o a la razón». Lo absurdo es un concepto que refiere al pensamiento irracional, a la conducta extravagante o, básicamente, a algo completamente tonto. Asimismo, términos como «absurdismo» o «absurdista» se refieren a los partidarios del absurdo en la rama de la filosofía. Así es, existe una corriente absurdista en la filosofía, pero ¿de qué trata específicamente? Esta corriente del absurdo busca un objetivo en la vida humana, es decir, encontrar un sentido de la vida; sin embargo, fallará en su intento, ya que la vida carece de significado, por lo que tendrá que aceptar su realidad. ¿Pero cómo los Monty Python introducen el absurdismo en su comedia?

De la TV al cine

A finales de los 60’s, los Monty Python, un grupo de comediantes  integrado por los ingleses Graham Chapman, John Cleese, Eric Idle, Terry Jones, Michael Palin y el americano Terry Gilliam, tenían un programa de sketches, Monty Python’s Flying Circus, que se transmitía por la BBC; este programa fue la meca de la irreverencia, principalmente porque ridiculizaba la idiosincrasia inglesa; no tenían temor de burlarse de cualquier sector de la sociedad, mediante sketches llenos de un humor políticamente incorrecto. Esta comedia única, que rozaba en el total absurdismo, hizo que los Python fueran reconocidos a nivel local e internacional.

En 1975, después de cinco años al aire, filmaron Los caballeros de la Mesa Cuadrada; la historia, aunque ocurre en la Gran Bretaña medieval, trata temas actuales (de aquella época) con elementos de la vida medieval (algo que se repetiría en La vida de Brian). El argumento central era la búsqueda del Santo Grial por el Rey Arturo y sus caballeros de Camelot quienes, durante su aventura, se enfrentan a personajes sui generis como magos, un caballero de tres cabezas, franceses, campesinos anarquistas, conejos asesinos y monstruos. En este filme el humor es, además de absurdo, sorprendente, original y sin precedentes; con un bajo presupuesto lograron resultados de primer nivel en cuestión de la calidad de sus chistes.

La vida de Brian

Con La vida de Brian, el absurdismo de su comedia alcanzó su total esplendor. La historia se ubica en la Jerusalén del siglo I, en los tiempos de Jesús de Nazareth. Brian es un hombre común y corriente sin mucha suerte que, en repetidas ocasiones, es confundido con el Mesías. A lo largo de la película, Brian se une a unos judíos rebeldes, conocidos como El Frente Popular de Judea (FPJ), lo que finalmente hace que lo condenen a morir crucificado por conspirar contra Roma. La película fue considerada blasfema por la comunidad cristiana; sin embargo, con los años se ha reconocido que esta comedia es brillante, impresionante e inteligente. Los Monty Python escribieron el guión sin miedo alguno, prometieron que harían una película capaz de ofender a cualquiera y sin duda lo lograron.

Antes de iniciar las grabaciones, apenas leyó el guión, el productor que iba a financiar el proyecto decidió evitar el riesgo de involucrarse en algo tan imprudente y canceló su participación; con ello, parecía que la película quedaría truncada, pero apareció alguien dispuesto a producir el proyecto: nada más y nada menos que George Harrison, ex-miembro de The Beatles. Harrison puso como condición hacer un cameo en la película y terminó hipotecando su mansión para otorgar cuatro millones de libras a la filmación (el boleto de cine más caro en la historia cuenta Eric Idle en el documental Living in a Material World de Martin Scorsese). Después del estreno, el filme recaudó más de 20 millones de libras y fue catalogado como la película más taquillera en la historia del cine del Reino Unido. 

Brian, la comedia y lo absurdo

Ahora veamos algunos ejemplos del absurdismo en esta comedia. En una escena, mientras Brian intenta esconderse de un grupo de soldados romanos, cae por accidente sobre un profeta que habla ante la gente; Brian, para disimular, improvisa algo sobre el secreto de la vida. Los soldados se marchan y Brian, ya a salvo, intenta alejarse lo más pronto posible; sin embargo, la multitud que lo escuchaba lo sigue, cuestionándolo y pidiéndole que continúe. El silencio de Brian sólo aumenta el interés del grupo, que lo cree un místico y lo adopta como su nuevo maestro; así, sus seguidores emprenden una búsqueda de señales que les revelen el significado de la vida. Las «señales» encontradas son una ridícula calabaza y un zapato que Brian pierde al huir, los miembros del grupo discuten sobre cuál es la verdadera y se separan en dos nuevos cultos a Brian.

Esto es una sátira de los fanáticos de cualquier religión del mundo, pero bajo un claro concepto de absurdismo. Nos muestra otra percepción de quienes buscan respuestas de la vida en cosas que no tienen nada que ver, creando falsos líderes e inspirando movimientos religiosos, como sucedió con los seguidores de Jesucristo; de ahí la premisa de un hombre que constantemente es confundido como el Mesías. Este ejemplo es simple y la película está plagada de escenas de este tipo, pero será mejor analizar su final. 

El final de La Vida de Brian es, quizás, el mejor que he visto, el cierre perfecto para una película de comedia y, además, con un trasfondo reflexivo. Ya crucificado y después de que su madre, su ex-novia y sus compañeros del FPJ le dan la espalda, Brain siente que todo está perdido; lo vemos sufrir, pero, luego de una transición a una panorámica de todas las cruces en el monte, se escucha la voz de un crucificado: “Anímate, Brian. Ya sabes lo que dicen”; de pronto comienza a cantar sobre lo bueno de ver siempre el lado positivo de la vida. Poco a poco, los otros condenados, incluido el mismo Brian, se le unen. Así, la canción “Always Look on the Bright Side of Life” (que se volvió un himno popular en Inglaterra) nos ofrece un significado sobre la vida: el de tener que nacer para morir.

Los crucificados fueron condenados a morir, no importa cuál haya sido su delito; también nosotros, todos, cuando nacemos, estamos condenados al mismo destino de los crucificados, no importa cómo nos haya ido en la vida, todos vamos a morir de cualquier manera, es algo inexorable. Pero en la escena en el monte vemos que nadie (a excepción de Brian) está triste por su repentino final, por el contrario, los hombres incluso cantan, silban y bailan por lo bonito que es la vida, todo en una actitud optimista. Esto nos lleva a pensar que, si no tenemos un propósito más para vivir, nosotros podemos moldear la realidad a nuestro favor, ya que, al cabo, nada importa, todos vamos a dejar de existir algún día. Otro caso claro de absurdismo en la comedia de los Python. 

Los chistes según Freud

Ahora es tiempo de referirse al factor que genera la risa y hace de esta película la mejor comedia de todos los tiempos: los chistes. Sigmund Freud, en su obra El chiste y su relación con lo inconsciente (1905), afirma que el chiste es un mecanismo para hacerle frente a la represión social, cultural o individual que genera displacer o neurosis; aparte de que el chiste es mucho más que una forma ingeniosa o simpática de pensar la realidad, ¿qué sería del absurdismo sin los chistes característicos de la comedia de los Python? 

Freud afirma que el chiste tiene una carga agresiva; es decir, en él hay una víctima que representa aquello sobre lo que queremos liberar dicha agresividad. En La Vida de Brian, esta víctima es la institución de la Iglesia y los grupos de izquierda, como el Frente Popular de Judea (FPJ), cuyos miembros, se dicen víctimas de los romanos (aún cuando han traído la tecnología necesaria para el bienestar de Jerusalén) y dicen intentar una revolución en nombre del pueblo; sin embargo, sólo son un grupo de judíos resentidos que no actúa.

Cuando Brian es crucificado, le leen un pergamino para celebrar su «martirio» y asegurarle que se convertirá en una leyenda de la lucha contra los romanos. Ni siquiera intentaron rescatar a su compañero ¿Será una referencia de cómo la Iglesia cristiana lucra con la muerte de Jesucristo? Seguramente sí. En mi opinión, ésta es una de las mejores escenas del filme. El FPJ representa a los grupos de fanáticos, no sólo los religiosos, sino también los extremistas de liberación nacional, los feministas, los de ideología de género, los de izquierda, etc.; por eso, los Python afirmaron que este guión era capaz de ofender a quien fuera, izquierda o derecha, da lo mismo. 

Según Freud, en el chiste hay dos tipos de motivaciones: en el chiste inocente, la de mostrar ingenio; en el chiste tendencioso, un impulso hostil u obsceno por romper una forma de represión. Un ejemplo de chiste tendencioso es la escena de la lapidación, que es una sátira de la censura y, una vez más, de las sectas religiosas. En ella, un rabino enjuicia a un anciano bajo la ridícula acusación de haber cometido blasfemia al pronunciar el nombre de Dios; sin embargo, el mismo rabino y los asistentes a la lapidación repiten su nombre una y otra vez. Asimismo se incluyen afirmaciones satíricas, irónicas y ridiculizantes; además, se critica también al machismo, con la broma del vendedor de barbas popstizas, pues con éstas, las mujeres se mezclan entre la multitud para asistir a la lapidación, pese a la prohibición de ellas vayan.

Los fanáticos cristianos crearon un boicot, principalmente en América, para cancelar el estreno de la película. La tacharon de «horrible», «asquerosa» y «blasfema», pero no hay nada de blasfemo en ella. Jesucristo sólo aparece unos segundos al inicio, durante el sermón de la montaña; Brian, por otra parte, vivió una serie de situaciones muy similares a las de cualquier líder religioso, pero él no era ni un Mesías ni un líder, sólo un chico común. El chiste sirvió para manifestar verdades que de otro modo no se aceptarían. Lo que ofendió no fueron los chistes, fue la verdad. Quienes se ofendieron fueron precisamente aquellos que se sintieron ridiculizados.

Finalmente, La Vida de Brian es una película que permite reflexionar y cuestionar aquello en lo que creemos, una película que explicó temas tan profundos como la vida y la muerte; es esto lo que la convierte en la mejor comedia de todos los tiempos. Con el absurdismo, La Vida de Brian rompió todos los esquemas de la comedia y abrió el camino para las que siguieron.

Referencias:

Harrison, G.; Goldston, J. (productores) y Jones, T. (director). (1979). Life of Brian [cinta cinematográfica]. Reino Unido: Handmade Films.

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