Del Circense Batman de Burton al Caballero Oscuro de Nolan
Reyna I. Valencia López
Hace poco volví a ver Batman Returns, de Tim Burton, y reafirmé mi gusto por este héroe enmascarado, serio y misterioso. Me sé esta cinta prácticamente de memoria y, mientras la visionaba después de casi 15 años, no podía parar de reír; esto me confundió un poco respecto a lo que debía sentir en cuanto al tono de la historia del Caballero de la noche, pero también me hizo reflexionar acerca de que, desde la trilogía de Christopher Nolan, la manera de presentar la historia ha cambiado drásticamente.
Burton logró compaginar su peculiar estética (formas retorcidas, colores contrastantes, personajes divertidos e inquietantes) con el tono violento y cínico de los crímenes en Ciudad Gótica. Este tono le vino como anillo al dedo, pues el director es especialista en recrear magistralmente atmósferas obscuras sin caer en la seriedad; en realidad es bastante perturbador el hecho de que presente personajes que podrían sacarte una carcajada seguida de un tiro en la cabeza.
Por otra parte, la distancia temporal entre los estilos de los Batman de Burton y Nolan (casi 20 años) deja claro las limitaciones técnicas que tuvo Burton; sin embargo, es precisamente esta ausencia de efectos especiales lo que la hace su película tan especial, casi artesanal, como dirían los hípsters.
A pesar de la violencia y las referencias sexuales, Batman Returns, tuvo una considerable aceptación del público familiar y, por supuesto de los niños; por lo que no es de extrañarse que, cuando éstos fueron adultos, se convirtieron en asiduos consumidores de la saga The Dark Knight, de Nolan.
Para muchos, la trilogía dirigida por Christopher Nolan es el pináculo de las obras de superhéroes de Warner Bros.; además, en gran medida, los villanos de las películas de Batman son un deleite, pues cada uno aporta un toque especial a la historia; como bien dijo Nolan a la revista Variety: “Para mí, cada película es un género diferente. Tienden a ser definidas por el villano”. Imposible no dar reconocimiento a actuaciones magistrales como la de Heath Ledger –hasta la fecha, The Dark Knigth sigue siendo la única película live-action de superhéroes en ganar un premio Oscar en la categoría de actuación.–
En el aspecto gráfico de los filmes de Nolan, destaca el trabajo magistral del director de fotografía Wally Pfister. Sus tomas amplias con profundidad de campo dan énfasis a la perspectiva; así mismo, usa de forma muy acertada los acentos de luz en las composiciones de cada secuencia –por algo, en 2011 se hizo acreedor a un premio de la Academia por su trabajo en Inception–. Por otro lado, en la fotografía utilizada por Tim Burton en Batman Returns a cargo de Stefan Czapsky, podemos visualizar escenificaciones con colores contrastantes y formas un tanto falsas, dignas de un almacén de utilería para locaciones infantiles, sin embargo, los personajes grotescos, burdos y pálidos le dan ese toque singular de la estética de Burton.
La versatilidad que permite la historia de Bruce Wayne en su representación es tan amplia como la estética alrededor de la cultura del cómic; sin embargo, la intención de los directores y el desarrollo de los personajes son el factor definitivo para lograr una fotografía que represente la atmósfera adictivamente inquietante de Gohtam City.
Por respeto al personaje, sólo me quedaré con los Batman de Burton y Nolan y omitiré en este texto el trabajo de Zack Snyder, al que el Tomatometer [i] (www.rottentomatoes.com/) le dio solo 40% (haters manifiéstense).
Ya veremos la manera en la que se
presentará este Batman vampiro “crepusculesco” interpretado por Robert Pattinson
y esperemos que Matt Reeves logre emocionarnos una vez más con el hombre
murciélago, porque honestamente ya nos lo mercemos ¿no?
[i] ¿Qué es el Tomatometer®?
Es una puntuación basada en opiniones de cientos de críticos de cine y televisión, por lo que es una medida confiable para millones de fanáticos. En los días de los cines abiertos, cuando una obra era particularmente atroz, el público expresaba su insatisfacción no sólo con abucheos y silbidos en el escenario, sino también arrojando lo que tenía a la mano, incluidas verduras y frutas.
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